Las siete personas justas (cinco hombres y dos mujeres) del tribunal de Fairfax (Virginia) alcanzaron un veredicto en la causa civil por difamación entre Johnny Depp y Ambert Heard, que en su día fueron matrimonio y que han protagonizado la guerra de Hollywood. Los dos se cruzaron acusaciones de agresiones y el jurado dio una victoria amplia a Depp, por considerar que su ex esposa hizo tres pronunciamientos en un artículo del ‘The Washington Post’ sobre abusos sexuales y violencia doméstica que no ha probado como ciertos y que los realizó con malicia para difamar a su marido.
En su veredicto, el jurado otorgó una indemnización de diez millones de dólares por ese primer pronunciamiento difamatorio y cinco por el segundo. Él reclamó 50. Por contra, Heard no se marchó de vacío pese a la aparente derrota, puesto que le concedieron dos millones en su contra demanda -en la que reclamaba 100 millones de dólares-, porque el agente de Depp aseguró en el ‘Daily Mail’ que sus acusaciones eran un montaje. El jurado no lo ha visto de la misma manera, por contradictorio que parezca.
La deliberación llevó 12 horas y 48 minutos y concluyó con la evidencia de que la libertad de expresión no lo cubre todo y tiene sus límites. La expectación estaba a tope por su incertidumbre. Que aún fue a más cuando la juez Penny Azcarate, tras advertir que no aceptaría «ningún tipo de alboroto», envió de nuevo al jurado a la sala de deliberación por cuanto se habían olvidado de poner la cantidad de las imdemizaciones. Amber Heard estaba en la sala. Depp no se dejó ver.
“El veredicto significa para las mujeres volver a un tiempo donde denunciar un abuso significaba ser humillada y avergonzada”, lamentó Heard en un comunicado. En su respuesta, Depp se quejó de que durante seis años su vida y la de los que le rodean han sufrido el desprestigio.
“Alegaciones falsas, muy serias, criminales se formularon en contra de mi y dispararon un bombardeo de odio, aunque no se formuló ni un solo cargo. Esto viajó incluso por el mundo… Y seis años después, el jurado me ha devuelto mi vida”, recalcó Depp.
“El veredicto significa para las mujeres volver a un tiempo donde denunciar un abuso significaba ser humillada y avergonzada»
Esta es la culminación a seis semanas de vista oral con sensacionales y gráficas acusaciones entre los que fueron marido y mujer durante menos de 24 meses, que ha captado la atención de Estados Unidos y más allá y que ha provocado un seguimiento masivo en internet, en unas redes sociales cuya resolución estaba claramente decantada a favor de Depp, de 53 años, mientras se estigmatizaba como villana a Heard. Cosas del glamour y la popularidad y, en este terreno, él ha ganado por goleada. Tira mucho el histrionismo del “pirata del Caribe”.
El juicio se ha retransmitido por televisión y por Youtube. Esto no impidió que se organizara una competición por conseguir asientos en el interior de la sala de justicia. La mayoría del público estaba a favor de Depp, muchos ataviados con el vestuario del actor en sus películas. A medianoche podía haber 150 personas esperando a que abriera la estancia por la mañana. Había muchos más alineados en la ruta de acceso.
También ha significado un punto de inflexión respecto al movimiento #MeToo, cuyas acusaciones han puesto en la picota a no pocos hombres relevantes que por largo tiempo se aprovecharon de las mujeres desde su posición de poder. Pero este conflicto familiar ha servido para glorificar a Depp y burlarse de Heard.
Imágenes reales en que ella se suena la nariz, en TikTok se han transformado en gestos de esnifar cocaína. Que él ayudara a su abogada Camille Vasquez en el manejo el teléfono emerge como un gesto de caballero. A él se le describe siempre sonriendo y a ella permanentemente agraviada. Hubo asistentes a las sesiones que remarcaron haber tenido dificultad a la hora de identificarse con Depp, pese a ser admiradoras, pero que, a la vista de que otras parejas del actor hablaban bien de él, su conflicto desapareció y confiaron en Deep. Hallar partidarios de Heard era mucho más difícil.
Algunos analistas subrayaron que la leyenda de Depp alimentó una nutrida base de fans, pero en esta ocasión, además, los comentarios on line demuestran que ha atraído el apoyo de activistas masculinos (¿machos?), de destacadas figuras de la derecha mediática, de saboteadores de Disney (por su apoyo a las personas transgénero), conspiradores de abusos sexuales, supuestos detectives o de menospreciadores de los grandes medios y una tropa de oportunistas.
El origen del caso se halla en un artículo de opinión que Heard, de 36 años, publicó en ‘The Washington Post’ en el 2018 y en el que aseguró que había sido víctima de violencia doméstica y abusos sexuales. No puso el nombre del presunto agresor, pero Depp entendió de inmediato que el malo era él y que los demás también lo entendían así.
Vazquez, que se ha convertido en una sensación mediática, en especial para los hispanos, reclamó al jurado en sus conclusiones que “restituyan la vida y el honor de Depp”. El actor reclamó una indemnización de 50 millones de dólares, si bien su equipo legal siempre ha dicho que “esto no es una cuestión de dinero”.
Pero J. Benjamin Rottenborn, letrado de Heard, replicó que la demanda de Depp no es más que una campaña de desprestigio hacia ella que arrancó en cuanto la intérprete de ‘Aquaman’ solicitó el divorcio. Rottenborn contestó con una contrademanda de 100 millones de dólares cuando uno de los abogados dijo que las alegaciones de abusos eran “un engaño”. Vasquez respondió: “En esta sala hay una persona abusadora y no es el señor Depp”. Rottenborn indicó, sin embargo, su preocupación porque menospreciar las reclamaciones de su patrocinada supone enviar un mensaje erróneo a las víctimas de la violencia doméstica que sienten temor de desvelar la situación en la que malviven.
Esto es la guerra en casa. Heard confesó bajo juramento ante el jurado que fue víctima en una docena de ocasiones y que sufrió ataques sexuales. Uno de los momentos más desagradables se produjo cuando ella afirmó que, en 2015, estando en Australia, Depp la asaltó sexualmente con una botella y temió que se rompiera. “Nunca había estado tan asustada en mi vida”, recalcó. Hacía solo unos meses que se habían casado. «El hombre al que amaba era un monstruo», dijo.
Él insistió en que nunca abusó físicamente de la que era su esposa. «Nunca llegué al punto de atacar a Heard, en ningún sentido, ni nunca he pegado a ninguna mujer en mi vida», sostuvo». Y dio otra versión del incidente de la botella. Fue ella quién le lanzó ese objeto, lo que le causó que le cortara un trozo de dedo. Esto provocó el aplazamiento del rodaje de uno de los filmes de la franquicia de “Piratas del Caribe”.
Su estrategia consistió en darle la vuelta al asunto. Las fotografías que ella presentó con moretones y heridas, en realidad eran puro maquillaje, como si fueran la escenificación de otra de sus películas. Heard reconoció que golpeó a su ex marido, si bien siempre que esto ocurrió lo hizo para defenderse de su agresividad, circunstancia que se disparaba de forma general cuando él estaba bajo el efecto del alcohol o las drogas.
En un juicio previo en Londres, en el 2020, un juez dictaminó que Depp atacó a Heard repetidamente durante su relación. La vista en la corte británica se debió a la demanda que el actor formuló contra el ‘The Sun’, un tabloide en el que se publicó que Depp era un agresor de mujeres.
En Fairfax hubo dos juicios. El de la opinión pública lo ha ganado Johnny Depp. El de la justicia, más o menos también.